CIEN AÑOS

Manuel Valera García

Manuel Valera García

Cien años han pasado ya desde la muerte de un personaje nazareno un tanto peculiar: Manuel Valera García, quien falleció en Granada el 13 de Octubre de 1914 cuando tenía cuarenta y cuatro años de edad.

Nació Manuel en la casa que su familia poseía en la calle Real, el 16 de junio de 1870, cuando en Dos Hermanas vivían no más de cinco mil habitantes repartidos en una veintena de calles, que partían de la única iglesia existente: Santa María Magdalena, que enterraban a sus muertos en el cementerio cercano a su única parroquia, ya que aún no había sido construido el cementerio de San Sebastián.

Existían además tres ermitas: San Sebastián, Santa Ana y Santa María de Valme en el lugar denominado Cuarto. Las pocas distracciones de la gente del pueblo tenían mucho que ver con las celebraciones religiosas de procesiones, rosarios y cultos.

Contaba Manuel con dos añitos cuando la revolución industrial llega a Dos Hermanas,  inaugurándose la fábrica de yute.

La población se dedicaba básicamente a cultivar los campos, cuya propiedad era ostentada básicamente por una clase terrateniente forastera que residía en Sevilla y que en periodos de descanso visitaba sus haciendas, si bien es a finales de este siglo XIX, cuando comienza a surgir la primera industria así como una nueva clase social de propietarios de fincas locales, nuevos agricultores que sin poseer grandes extensiones de tierra, si pueden permitirse vivir holgadamente del campo y dar estudios a sus hijos.

Los ojos de Manuel Valera contemplarían el despertar de un pueblo dormido durante siglos, que básicamente desde sus orígenes había servido como mano de obra barata a los grandes terratenientes.

Él fue un espíritu inquieto, pionero en varios oficios en nuestro pueblo: periodista, bibliotecario y administrador de loterías.

¿Fueron los genes de su madre Brígida García los causantes de tanta actividad?

Brígida García no fue la típica pueblerina del XIX encerrada en casa al cuidado de la familia, regentaba su propio almacén de aceitunas, uno de los primeros fundados en Dos Hermanas, emprendió negocios aceituneros con Cuba y por si esto fuera poco, inauguró la primera línea de coches de caballos que comunicaban con la capital. Esta mujer visionaria y anticipada a su época mandó a su primogénito Manuel a cursar estudios a Paris, concretamente en el Lycé de Montde-Marsan.

Tras sus años de estancia en París, Manuel Valera regresa no sólo con un flamante título de profesor de idiomas bajo el brazo, sino con unas ideas liberales y unas vivencias, que lo convierten en ese personaje singular en un pueblo semi analfabeto.

Aunque toda su familia había vivido del campo, como propietarios de algunas fincas en Dos Hermanas, él decide vivir del periodismo y funda su propia agencia de noticias, primeramente en Sevilla y, posteriormente trasladada a Dos Hermanas. Desde allí aporta visibilidad regional y nacional a los principales hechos y eventos de Dos Hermanas. También aprovecha para defender sus ideales políticos y arremeter contra los conservadores con una pluma bastante afilada.

Manuel Valera es muy aficcionado a  la lectura y poco a poco va adquiriendo libros hasta disponer de una gran biblioteca, muchos de estos volúmenes, los que no fueron expurgados tras la rígida censura franquista, aún son conservados por sus familiares.

Entre sus amigos se contaban otros bibliófilos como Luís Montoto, Lamarque de Novoa y Jesús de Grimarest

También se aventura en el campo de la literatura publicando tres libros: «Historia de las Bibliotecas», «Escritoras del siglo XIX» y «Bocetos vulgares», este último una colección de cuentos de temática muy triste plagados de huerfanitos y de pobres desgraciados, al estilo de ciertas tendencias literarias de su época. .

El gran amor de su vida fue su mujer, Reposo Mensaque, a la que conoció siendo ella casi una niña y a la que desposó en la catedral de Sevilla cuando ella contaba dieciocho años y él veinticuatro.

La vida de este personaje, sus luchas políticas, sus defectos y pasiones, sus amistades y contemporáneos, su familia con la emblemática figura de Brígida y la dulce Reposo Mensaque  en un pueblo de literatos, incipientes industriales, caciques y humildes campesinos darían para la escritura de una novela.

Para saber más:

Hidalgo Paniagua,  David: Los medios de comunicación en Dos Hermanas (1849-2003)

En la Biblioteca Pública Municipal se encuentran expuestos sus libros y algunos objetos personales hasta el día 2 de diciembre, 2014